Graves el Asesino a Sueldo tiene un nuevo trabajo: acabar con el santo de la Tiamat. Esta misión suponía un gran reto ya que pocos se atrevían a siquiera acercársele, pero Graves no tiene miedo así que tomó el trabajo.
En un templo alejado de casi todo, se hallaba Teemo Osito Panda entrenando a varios de sus discípulos. El templo era muy modesto pero no necesitaban nadamás. Graves no tardó en dar con el lugar, preparaba su escopeta cuando divisó a dos grandes guerreros que parecían cuidar la puerta, eran Darius y Tryndamere pero cuando se acercó el forajido notó sus rostros enojados; habían sido expulsados asumió. Se les acercó un poco más y no lo trataron de matar, les habló sobre que les pasó y le contaron que habían sido expulsados indefinidamente del templo por rebeldes. Graves no desaprovechó y los convenció para que le ayudaran a destruir el templo, ellos aceptaron sin chistar.
Dentro del templo se hallaban dos de los mejores discípulos: Lee Sin Muay Thai y Nocturne que estaban practicando sus movimientos junto con un siempre vigilante Teemo; el templo por dentro tenía varios tiamats para practicar y muchos muñecos de cierto yordle que creía por tener una armadura era especial. Teemo estaba vigilante pero tranquilo, hasta que sintió un peligro inminente, se levantó de su trono de setas y les avisó a sus discípulos que se prepararan para la batalla, bajó una palanca que estaba cerca de su trono y el campo de entrenamiento cambió por uno diferente, con varias sorpresas.
Entonces Graves disparó a la puerta que ofrecía más resistencia de la pensada, así que Darius la tumbó de un hachazo, vociferando que venía por su maestro traidor; Tryndamere siempre enojado iba detrás junto con Graves. Nadamás entrar Nocturne usó su poder sobre las sombras para nublar la visión, de pronto todo el templo se encontraba en completa oscuridad, los enemigos avanzaron aún así, entonces sonó una pequeña explosión, habían activado una de las trampas nocivas de Teemo. Mientras el veneno los ralentizaba Graves recordó que sus gafas tenían implementada la visión nocturna, no tardó en activar la característica, lograba ver a sus compañeros y en el piso vió las trampas, les gritó a sus compañeros testarudos que no se acercaran más, pero la ira ya no les dejaba ni escuchar, de pronto se escuchó una segunda explosión, Graves frustrado les dió un golpe con la culata de la escopeta para que se calmaran, sabía que las sombras no tardarían en desaparecer, y en efecto, unos pequeños rayos de luz comenzaban a disipar las sombras. Antes de que desaparecieran por completo Tryndamere sintió un golpe afilado en su cuerpo, Nocturne lo había atravezado con sus cuchillas mientras lo llevaba lejos, al mismo tiempo que Lee Sin le propinó una patada feroz a Darius, dejando solo a Graves. Cuando se disiparon las sombras vió a sus compañeros atrapados y un Teemo que venía lentamente hacia él. Teemo preparó su arma y le pidió a Graves que hiciera lo mismo, lo estaba retando a un duelo.
Graves algo sorprendido preparó su gran escopeta, mientras sonreía nerviosamente; "esto resultó un poco más difícil de lo que imaginé" pensó, mientras apuntaba a un Teemo relajado que le permitiría el primer golpe. El mercenario se enojó por tal actitud y empezó a lanzar una ráfaga de tiros creando una cortina de humo donde se encontraba el pequeño tejón, después sin dejar respirar a su contrincante lanzó su carga explosiva destruyendo gran parte del templo, ni los más duros mercenarios habían logrado sobrevivir a tanto castigo, por lo que se sintió seguro que había acabado con su objetivo.
Entonces de todo el humo y la destrucción se le acercaba al mercenario, Teemo logró vivir a todo el ataque, Graves no podía entenderlo; mientras caía de rodillas sin saber que más hacer, Teemo se acercaba más. Ya estaba preparado para morir, pero el yordle sólo le dió una pequeña palmada en la espalda, mientras que le ofrecía una tiamat como muestra de paz. Dejó ir a Graves quien aún sorpredido fijó de nuevo la vista en el templo, donde Darius y Tryndamere, sus compañeros, estaban siendo igualmente perdonados.
Alavada sea la Tiamat!
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